jueves, 17 de julio de 2014

Portobelo

PORTOBELO


Las flotas de Indias fueron el mecanismo de funcionamiento del monopolio comercial español en América y constituyeron la esencia de la denominada Carrera de las Indias que englobaba todo el comercio y navegación de España con sus colonias. Se configuraron en 1561 y subsistieron, a trancas y barrancas, hasta 1778, año en que se suprimieron definitivamente. Como en América existían dos virreinatos, el de México y Perú, cada uno de los cuales englobaba a Norteamérica y Suramérica respectivamente, se determinó enviar dos flotas anuales, una para cada uno de ellos. La Real Cédula de 10 de julio de 1561, complementada tres años después, estableció que se organizarían en la costa andaluza (Sevilla, Cádiz y San Lúcar) y partirían del río de Sevilla, custodiadas por una Armada Real haciéndoles escolta y guarda... y traiga el tesoro nuestro y de particulares.
En 1569 se diferenciaron totalmente las dos flotas. La que iba a México, cuyo destino final era el puerto de Veracruz, debía zarpar de España en el mes de abril. Empezó a llamarse la Armada o Flota de la Nueva España, para distinguirla de la otra, y terminó siendo conocida simplemente con los nombre de Armada o Flota. La destinada a Tierra Firme, cuyo terminal era Nombre de Dios -sustituido en 1597 por Portobelo-, tenía que partir en el mes de agosto. Se la llamó la Flota de los Galeones y, finalmente, sólo Los galeones.
La carga usual para América eran manufacturas extranjeras (telas holandesas, francesas e italianas), sedas españolas y los productos agrícolas peninsulares (vinos, aceite, frutos secos). Otra mercancía usual de las flotas que iban a Indias era el azogue. Se necesitaba para el beneficio de la plata americana. Aunque el Perú se autoabastecía de este producto gracias a la mina de Huancavélica, no ocurrió lo mismo en México, que dependió siempre de los envíos peninsulares. Cabe añadir algunas otras mercancías frecuentes, como el hierro vizcaíno y los pertrechos de guerra, que se enviaban con destino a las guarniciones militares.
El atraque de las flotas era saludado con grandes manifestaciones de júbilo. Subían a bordo las autoridades locales y los funcionarios encargados del cobro de impuestos, que revisaban todo y daban su aprobación. Se entregaba la valija procedente de la metrópoli y se daba la orden de partida a dos navíos de aviso que debían regresar a España con la correspondencia urgente y la noticia del feliz arribo de la flota. Luego empezaba la descarga. Interminables caravanas de cargueros de color subían y bajaban por los planchones con los fardos a las espaldas. En el puerto todo era bullicio, pues había empezado la feria. Duraba al menos dos semanas y usualmente un mes. La de Portobelo se celebraba durante 45 días. A ella acudían no sólo los comerciantes con la plata constante y sonante, sino gentes de todos sitios para comprar o vender. Los precios se disparaban y cualquier paño se pagaba a precio de oro. Las autoridades instalaban por ello alhóndigas, con artículos de primera necesidad a unos precios asequibles, pero se especulaba con todo y en todos sitios; en las calles, en las plazas y en el puerto. Se vendían telas finas de Holanda, paños de Flandes, mantas de Quito, chicha, vino, aguardiente, ron, fritangas de cerdo y gallina, tortillas de maíz, cazabe, etcétera. Todo olía, todo chirriaba y todo entraba por los ojos. La marinería acudía a las pulquerías o chicherías. Otros preferían desquitarse del obligado abstencionismo en los garitos de juego o en los burdeles.
Debido a los ataques que sufrió Nombre de Dios, en especial el de 1596 a manos de Francis Drake, se decidió trasladar el Terminal caribeño de la ruta a una bahía más segura y más amplia. Así, el 20 de marzo de 1597 la Ciudad de San Felipe de Portobelo es oficialmente fundada por Francisco de Valverde y Mercado.
En su mejor época las ferias se prolongaban por 30 o 40 días y en tiempos de decadencia por diez o doce días. Las cifras permiten estimar que entre 1574 y 1702 fueron enviadas 45 flotas de galeones, ninguna de las cuales condujo menos de veinte millones de pesos lo que ameritó su fortificación mediante tres planes de defensa para prevenir los ataques de los piratas, constituyendo lo que es hoy en día un hermoso Conjunto Monumental Histórico.
Debido más que nada al contrabando, el sistema de flotas y galeones dejó de ser útil en el siglo XVIII. En 1738 se celebró la última feria de Portobelo. La plata peruana, llegada a Panamá en la Armada de la Mar del Sur pocos meses después del arribo de la flota, no pudo llevarse ya a Portobelo, por temor a un ataque inglés. Permaneció aquí durante varios meses y posteriormente volvió al Perú, aunque bastante diezmada, como de costumbre.
Edward Vernon se presentó con sus seis navíos de guerra frente a Portobelo el 2 de diciembre de 1739 y rindió la plaza sin gran dificultad. Luego se dedicó a destruir sistemáticamente todas sus defensas, demoliendo los fuertes y echando al mar los cañones. Incluso asoló los baluartes construidos sobre el río Chagres.

Fuente: Manuel Lucena Salmoral. Las Flotas de Indias.



Patrimonio Cultural Tangible del Conjunto Histórico Monumental de Portobelo:

Castillo Santiago de La Gloria
Castillo de Santiago de la GloriaSe comenzó a construir en 1600 y se mantuvo en pie durante 68 años cuando fue atacado por Henry Morgan en 1668, después se remodela y es abandonado luego del ataque de Vernon en 1739, conservándose hoy en día parte de sus ruinas.

Entrada a la Batería de Santiago
Fuerte Batería de Santiago
Fuerte Batería de Santiago: Es otra de las obras planeadas en el segundo plan de defensa estimándose la finalización de sus obras en 1760, y se encuentra a la entrada de la Ciudad Histórica conservándose casi intacto incluso con sus cañones
Vista de las baterías alta y baja de San Fernando desde la Batería de Santiago
San Fernando - Batería Baja

Fuerte Batería de San Fernando: Fue localizado y construido en 1760 al otro lado de la bahía, la obra se desarrolla en dos baterías, una baja de catorce cañones y otra alta de seis. Ambas se conservan casi completas y para poder visitarlo se requiere cruzar la bahía en  un agradable recorrido en bote de apenas minutos.


Vista de la Batería de San Jerónimo

Fuerte Batería San Jerónimo: Ubicado al fondo de la bahía cerca de la Aduana, fue terminado en 1758 siendo uno de los fuertes más grandes, también se conserva casi completo y exhibe su batería de cañones que apuntan a la bahía.


Vista desde la Casa Fuerte de Santiago



Casas Fuertes:
Puestos fortificados de vigía localizados estratégicamente en los puntos altos de los cerros que protegían la bahía. Se conservan dos, una en la parte posterior en la batería alta y baja de San Fernando y otro detrás del Fuerte Batería de Santiago a la entrada de la ciudad. A ambas se accede a través de senderos y están rodeados de fosos secos y altas murallas a las cuales se accedía a través de un puente de madera levadizo.

Iglesia Hospital San Juan de Dios. Hasta hace pocos años era sede del Mueso del Cristo Negro de Portobelo
Iglesia Hospital de San Juan de Dios:
Las ruinas que aún se conservan pertenecían a un conjunto religioso hospitalario a cargo de los hermanos de San Juan de Dios a partir de 1629, hoy solo se conservan parte de los muros y torre de la iglesia. Está ubicada en la parte posterior de la Iglesia de San Felipe de Portobelo.
Iglesia de San Felipe de Portobelo
Iglesia de San Felipe de Portobelo:
Se ubica en el mismo lugar que funcionó la antigua Iglesia Mayor y su construcción data de 1814. Actualmente se encuentra en uso y su estructura y techumbre han sido parcialmente restauradas. Acoge al Cristo Negro de Portobelo que es una imagen en madera de Jesús de Nazareno, venerada permanentemente por los milagros que se le atribuyen, su peregrinación máxima es el 21 de octubre donde acuden devotos de todas partes del país.

La Aduana
Aduana: Edificio rectangular de estilo renacentista construido en 1630. Funcionó como almacén de mercadería del comercio indiano y oficina fiscal del Gobernador y oficiales reales. En 1644 fue dañada en el ataque de Williams Kinghills. Fue reconstruida en la década de 1760 siendo afectada nuevamente en 1882 por un fuerte temblor que destruyó la arquería que daba al mar. Actualmente se encuentra en restauración.


Patrimonio Cultural Intangible:

Además de las estructuras coloniales, Portobelo posee una extraordinaria rigueza cultura patrimonial intangible, que se expresa en sus festividades religiosas y culturales,  su gastronomía y la vestimenta, música y danza tradicional de la danza de los congos y diablos. En los siguienes videos se ilustran y explican dos de las principales celebraciones culturales patrimoniales que se celebran en esta comunidad.

Cristo Negro de Portobelo:


Roberto García Ribera. Creencias y Tradiciones: El Cristo Negro de Portobelo. Video presentado como Trabajo de Fin de Curso de la Maestría en Gestión Cultural, de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras, presentado a la consideración del profesor Dr. Dorian Lugo (17 de enero de 2013). Dirección: https://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=-ov6RnMiwZs 


Festival “Diablos y Congos de Portobelo”:



Cela Paredes (Periodista). Festival “Diablos y Congos de Portobelo” (2013). Dirigido por Daniel Adames y produccido por la Autoridad Nacional de Televisión (ANTV) y el Ministerio de Cultura de la República de Colombia.Dirección: https://www.youtube.com/watch?v=iB6RkG9UFhk





Introducción

Saludos, amigos.
En este blog iremos incorporando comentarios, documentos, imágenes y videos relativos al Patrimonio Histórico-Cultural de la República de Panamá.
Comenzaré por colocar alguna documentación de la UNESCO y otros organismos internacionales relativas a qué es Patrimonio, Patrimonio Cultura y Patrimonio Cultural Intangible. Estosserán complementados con algunos artículos sobre el Patrimonio Cultural Panameño.
Luego pasaré revista a la legislación panameña relativa a la cuestión del Patrimonio Cultural Monumental y el Patrimonio Cultural Intangible.
Este sitio se irá enriqueciendo con nuevos artículos y comentarios.
Mi propósito es ofrecer una introducción a la cuesión del patrimonio cultural en nuestro medio e intersar a otras personas en estos temas que tienen que ver con la identidad nacional y la conformación de las tradiciones culturales panameñas.




viernes, 11 de julio de 2014

Patrimonio Histórico-Cultural de Panamá

En la legislación panameña, desde inicios de la república, se acuñaron diversos términos (reliquias, ruinas, monumentos) para referirse al patrimonio cultural tangible que se consideró digno de ser preservado. En las primeras décadas edificaciones civiles, religiosas y militares construidas por los españoles fueron consideradas dignas de recibir tal distinción.
Luego, desde mediados del siglo pasado, se comenzó a reconocer el carácter patrimonial de algunos edificios construidos por el Estado nacional en un esfuerzo por estructurar la gestión pública y afirmar el carácter de la nación panameña.
A partir de la década de 1970 se incorpora la normativa internacional y las categorías reconocidas por la UNESCO relativas al Patrimonio Monumental. Así, se adopta una nueva definición de monumento, se incorpora la categoría de Conjunto Histórico Monumental y se extiende el reconocimiento y protección estatal a los sitios o lugares arqueológicos que preservan las huellas de los primeros hombres y mujeres que habitaron el Istmo y conformaron nuestras sociedades originarias. Incluso, se hacen los esfuerzos institucionales para que algunos de los sitios más reconocidos por su legado colonial e importancia histórica se les concediese el carácter de Patrimonio Cultural de la Humanidad.
En cuanto al Patirmo Cultural Intangible la tendencia ha sido el reconocer Festivales y celebraciones tradicionales con el propósito de otorgarles apoyo económico estatal.
En realidad, en cuanto al reconocimiento oficial del carácter patrimonial de edificaciones icónicas del país, así como de su legado cultural intangible falta mucho que hacer.